poker online

jueves, 24 de diciembre de 2009

Bad Beat Poker

Maldita sea, hace siglos que no actualizo este blog. Y no puedo decir que haya sido por una buena razón, a menos que la desidia y la vagancia sean ahora el emblema de las causas dignas y honorables. También ha habido un poco de inutilidad por mi parte. En cierto modo es como si mi cerebro fuera una fuente inagotable de estúpido e inservible kippel. En otras palabras: para no decir nada interesante, mejor no decir nada en absoluto. Aunque supongo que eso ha sido siempre así y, en cierto modo, este blog sólo ha sido la fiel reproducción a escala de esa realidad. Pero eso no cambia nada. Así que hago propósito de enmienda en estas fechas tan proclives a ello y prometo tener esta cosa un poco más viva. Sí, no deja de ser un vano ritual prometerse a uno mismo hacer esto o aquello cuando en lo más profundo de nuestro ser tenemos la leve consciencia de que nos estamos mintiendo. Por eso lo hago público, para transmutar la mentira en obligación: puedes mentirte a ti mismo, pero no a los demás. O mejor dicho: puedes, pero no debes. Aunque ahora que lo pienso, esto sólo convertiría al propósito en una especie de mentira tácita colectiva. Pero oye, así funciona la democracia y nadie se queja, ¿no?

Todos sabemos que convertir un post en un meta-post es la peor decisión que puede tomar un bloguero. Escribir sobre algo es una buena decisión; escribir acerca del escribir algo cuando el "algo" está totalmente indeterminado es una mierda de decisión. Yo no cometeré ese error. Si hacer un meta-post está mal, hacer un meta-meta-post es original, es fresco. Éste es un meta-meta-post. Antes dije que haría propósito de enmienda y mantendría este blog más vivo. Así que he decidido que la mejor forma de hacer eso es presentar mi nuevo blog comunitario. Su nombre, Bad Beat Poker.


Bad Beat Poker irrumpe en el panorama blogosférico del mismo modo que un bulldozer podría hacerlo en una mesa de poker: llevándose todas las fichas. Esta mal que yo lo diga, pero Bad Beat Poker va a ser un buen blog. Y lo va a ser porque va a cumplir una serie de condiciones: va a tener un tema específico, será actualizado más o menos periódicamente (ejem, ya veremos...) y a los autores nos gusta hablar sobre el tema en cuestión.

¿Que quienes somos los autores? Tres apestosos rounders de la peor de las estirpes ludópatas: Mr Decay, Flegma y un servidor. El trío calavera.

Bad Beat Poker contará con varias secciones: noticias, reflexiones, quizá traducciones de artículos de referencia sobre poker, una curiosa e interesante sección sobre bad beats propios, vídeos de manos legendarias, y un largo aunque no determinado etcétera. Prometemos hacer de nuestro blog un acercamiento lo más exhaustivo posible al mundo del poker, lo que sólo puede significar una cosa: será un blog hecho por frikis para el disfrute y entretenimiento de otros frikis. Todo quedará en familia.

Para terminar, un acceso al blog. Que lo disfrutéis.


PS: Feliz navidad si sois cristianos, feliz jánuka si sois judíos y feliz solsticio de invierno o saturnal si sois... paganos originarios del norte de europa. ¡Feliz lo que sea a todos!

jueves, 1 de octubre de 2009

Me han crackeado la cuenta de MSN

Y la del Facebook. Puto phishing. En fin, mi nueva cuenta es josegaona86@hotmail.com.

viernes, 25 de septiembre de 2009

Esto es Póquer

La gente corriente cree que los juegos de cartas, y en particular el Póquer, son fundamentalmente azar con ciertas dosis de engaño. Y tienen razón, pero no toda la razón. En realidad, el póquer consiste en estadística, probabilidad y capacidad para representar lo que no tienes. Y eso en el póquer en vivo. En el póquer por internet la capacidad para representar lo que no tienes mengua considerablemente su utilidad. A la larga, lo que cuenta es la expectativa matemática que te ofrece tu mano según la ronda de apuestas.

El teorema del póquer de Sklansky es claro: Cada vez que jugamos de forma distinta de cómo hubiéramos jugado si pudiéramos ver las cartas de nuestros rivales, ganan ellos. Cada vez que nosotros jugamos de la misma forma que lo hubiéramos hecho si pudiéramos ver las cartas de nuestros rivales, pierden ellos. Obviamente, el póquer es un juego de información incompleta y no podemos ver las cartas de nuestros rivales. Sólo podemos conjeturarlas en función de su conducta y jugar las nuestras en función de su expectativa matemática.

Las probabilidades de que un póquer pueda tener expectativa negativa son fráncamente reducidas. Un póquer sólo puede perder ante una escalera de color. Y la probabilidad de que en una misma mesa se junte una escalera de color al as y un póqer de ases son del 0'00000004%. Si en una hora por internet se pueden jugar unas 40 manos en una mesa de tamaño medio, tenemos que si jugáramos ininterrumpidamente (sin hacer ninguna clase de descanso) tardaríamos unos 11415 años en ver una situación así, por promedio. ¿Mucho tiempo no?

Bien, para eso están las WSOP y youtube.



Pobre japonés, porque todos hubiéramos hecho lo que él en esa situación. Gracias al póquer, ahora entiendo el imperativo categórico de Kant.

miércoles, 16 de septiembre de 2009

Man Made God (11)

Dudar o no de la existencia de Dios es como dudar o no de la existencia de la mente: un mero acto ocioso. Allí donde hay ausencia de definiciones precisas, hay confusión conceptual. Y donde hay confusión conceptual, ni siquiera hay una cuestión abierta. Defíname qué es Dios o qué es la mente, y podremos empezar a discutir; podremos, por tanto, decir que hay una cuestión. Si no, sólo tendremos prolegómenos. Esto es, sólo tendremos filosofía. La ciencia no se distingue de la filosofía por su objetividad; es más bien que la primera opera con criterios de diferenciación en tanto que la segunda los fabrica. Pero los fabrica mediante otros criterios de diferenciación. La objetividad o ausencia de ella es una marca producto de nuestras distinciones, así como la objetividad o ausencia de ella presupone ella misma una marca para la propia diferenciación. Barreras para delimitar las barreras. Una pregunta filosófica es de la forma: "¿qué fue antes, el huevo o la gallina?" Y la respuesta filosófica más inteligente sería: "¿antes de qué?" (Lo cual, dicho sea de paso, no constituye respuesta alguna.)

Si un problema filosófico puede permanecer en el panteón de los problemas filosóficos, mejor así que en uno creado por el hombre, en el caso de que uno y otro sean cosas distintas. Que un enigma filosófico no tenga consecuencias prácticas es lo mejor que nos puede pasar a todos. Una boca menos a la que alimentar.

¿Dios es omnipotente?
¿Dios es bueno?
¿Dios es concupiscente?

A nadie debería importarle. El problema real no surge cuando alguno de esos predicados sirve para delimitar las propiedades del objeto, surge cuando el objeto, delimitado o no, sirve para poderes fácticos. Una religión que empiece y termine en una sinagoga, iglesia o mezquita no es un problema real. Pero lo problemático es constituido por el hecho de que en una sinagoga, iglesia o mezquita no sólo hay objetos inanimados, también hay creencias, deseos y temores, todos ellos portados por objetos animados. Estos son el verdadero foco de nuestras preocupaciones; el ojo del tornado.

A veces me desanima vivir en el siglo XXI. Siento que lo más importante ya ha sido hecho, tanto en materia intelectual o artística como material. Nuestras vidas como personas acomodadas del mundo industrializado carecen del acicate que en otras épocas podrían haber adquirido. Al final terminan reduciéndose a lo de siempre, a lo que en todas las épocas ha predominado, a nuestra constante biológica: exparcir la simiente. Lo duro es que a esa constante cada vez hay menos variables que añadirle, menos indeterminaciones, menos fluctuaciones. El camino cambia, en otras épocas era empedrado y ahora quizá sea adoquinado. Da igual, el horizonte es siempre el mismo.

Dios no creó al hombre, el hombre creó a Dios. Pero el hombre no es Dios, jamás lo será.


viernes, 21 de agosto de 2009

Genealogies

Nueva canción. La más completa que he hecho este verano y probablemente de todas las que haya hecho nunca, grabadas o no, y con batería o sin ella. En cualquier caso, es la más trabajada, tanto por número de guitarras, como por batería y su acople con aquellas. Aunque en este último sentido, algunas partes de Out of Bounds eran demoledoras y posiblemente superiores a todas las que hay en este tema.

A Genealogies puede vérsela como metal progresivo, aunque quizá esa sea una etiqueta un tanto exagerada para lo que puede escucharse en los más de siete minutos que dura. No le llega a la suela de los zapatos a la canción más trivial de unos Dream Theater o unos Novembre. Ante todo es thrash y algo de heavy, todo ello aderezado con los suficientes cambios de ritmo para que la canción tenga el mínimo aliciente. ¡Hasta he incluido el tan denostado por mi 4x4! En fin, renovarse o morir.

El programa usado, otra vez, es Tracktion. Igualmente, el pack de samples de percusión es Drum Kit From Hell.

Que la disfrutes.



Una última cosa. El problema: sí, queda un poco pretencioso subir una canción a youtube cuando lo que se muestra no es un vídeo, sino sólo una canción con cortinilla de fondo. La excusa: No me he vuelto un detestable megalomaniaco. Al menos, aún no. Lo que sucede es que el servicio otras veces proporcionado por Goear esta vez no me reconocía la canción al subirla a su servidor, y lo intenté mas de diez veces. Así que al final, gracias al sabio consejo de un colega, opté por hacer un sencillo vídeo y colgarlo en youtube. La cosa ha salido bien. De todas formas, intentaré en los próximos días subir la canción a goear. Si lo consigo, colgaré el enlace en este post para los que consideren menos engorroso el enlace a goear. Bueno, no sé. Ya lo deciré en su momento.

martes, 28 de julio de 2009

The Mind's I

Pues otra canción. Compuesta en un par de días y otro más de añadidura por la batería y las guitarras supletorias (yo prefiero llamarlas cosméticas). Es menos "siniestra" que Out of Bounds, pero más directa. Tiene metal, punk, algún ritmo disco (bueno, esto está un poco cogido por los pelos) y sonidos pseudo-escandinavos. Un cocktail ecléctico que no engaña a nadie pero tampoco lo pretende. Yo me quedo con la anterior, pero éste es el recién nacido y, como tal, hay que consentirle.

¿Por qué The Mind's I? ¿Y por qué no? Porque es un nombre rebuscado y no es intuitivo. Está bien: porque llevo un par de semanitas leyendo mucha filosofía de la mente, mucho Chalmers y un poco de Kim, y porque es el título del tercer disco de esta gran banda.

No sé si esto es un homenaje, pero si lo es, es bastante cutre.

The Mind´s I:



Y como la otra vez, te dejo una imagen del aspecto de la canción en tracktion.


jueves, 16 de julio de 2009

Peace Sells (10)

Me ha costado, pero Dave Mustaine ha acabado por caerme bien. Siempre le tuve un poco de tiña porque fue aquel al que echaron de Metallica por ser un alcohólico pendenciero y por fundar una banda con un nombre muy cutre. Sí, sigo pensando que Megadeth es uno de los nombres más cutres de la historia de la música, pero, fíjate tú, ahora me caen bien los alcohólicos pendencieros.

La historia por la cual al pequeño Dave le echaron de Metallica es bastante conocida, al menos la versión oficial. Mustaine era un guitarrista increiblemente talentoso (lo sigue siendo y su creatividad está fuera de toda duda), pero su carácter cambiaba cuando su cuerpo entraba en contacto con el alcohol. Esa situación llegó a tal punto que finalmente su carácter no cambiaba; no conocía su estado normal. Bueno, esto es una exageración, pero todas las grandes historias se componen de pequeñas exageraciones. Dos de ellas están relacionadas con Ron McGovney, bajista por aquel entonces de los californianos. Un día Dave trajo a su perro al local, que no era sino una de las casas de Ron. Allí, el perro se subió al coche del bajista y, por lo visto, lo rayó. James pegó al perro, Dave Pegó a James, Ron pegó a Dave y la banda echó a este último después del altercado. Al día siguiente sería readmitido. Semanas más tarde, Dave volvería hacer de las suyas derramando una lata de cerveza sobre el bajo de Ron y, sin que éste lo supiera, al enchufar el bajo al amplificador, recibió una descarga eléctrica que lo dejaría conmocionado. Este sí sería el último incidente de Mustaine en Metallica. Después de esto fundó Megadeth o, más bien, MegaDave.



Peace Sells es el tema homónimo de su segundo disco Peace Sells... But Who's Buying? Claramente, es uno de los himnos del metal de los 80: macarra, sucio y transgresor. Con cierto aroma punk, las influencias de Motorhead son palpables. En cualquier caso, el estilo de Megadeth se refinaría en obras posteriores como el elaboradísimo Rust in Peace, el robusto Countdown to Extinction o el pop-sterior e inefable Risk. Pero en Peace Sells está la esencia y la mala hostia de los primeros años de Dave en la música. Una pequeña joya hecha de azufre y bilis.

sábado, 11 de julio de 2009

Out Of Bounds, versión final

Después de dos intensos días bregándome por dominar algún programa de edición y mezcla de audio, finalmente encontré el programa Tracktion. Gracias a él, y junto con el pack Drum Kit From Hell, he conseguido añadirle percusiones a Out Of Bounds. El sonido no es excelente. La batería por momentos suena como un gigante pisando cráneos, especialmente en las partes barrocas. Pero a mi me gusta, hace que la canción gane empaque, que sea como una costilla de Satán.

Out Of Bounds:



Consta de siete pistas, una para la grabación a una toma de la guitarra, el Out Of Bounds original, y otras seis para las percusiones. Este es el aspecto que luce la canción en Tracktion:



















jueves, 9 de julio de 2009

Out of Bounds

Todo apuntaba a que Ignatius Reilly había muerto. Ahí estaba su ropa, al lado de la botella de absenta, en un punto inextenso de esa vidriosa playa. O bien se había consumido por efecto del intenso calor o bien sus huesos habían ido a parar al fondo del océano. Eso era pensar según los dictados del sentido común. Pero nadie de los allí presentes podía dar una explicación lógica de lo que allí había sucedido. Dicen que los entendidos lo llaman viaje iniciático, pero él dice que se equivocan. Out of Bounds, lo llama él.



sábado, 27 de junio de 2009

De juzgado de guardia

No debería estar escribiendo estas líneas. No debería estar jugando al ajedrez. El martes cierran las actas de los trabajos finales del máster, y sólo he entregado cuatro de ocho trabajos. No debería hacer muchas cosas, pero las hago, y eso me perjudica. Pero a tomar por culo. Sobre todo cuando suceden cosas como éstas.

Su salida fue de juzgado de guardia, y aunque no era Bobby Fischer, podía haber remontado. No lo hizo y yo me aproveché, vaya que si me aproveché. El final sólo puedo describirlo como hermoso.













































¡¡Viva el onanismo!!

PS: Por cierto, el sitio web donde jugué la partida es www.ajedrezonline.com.



lunes, 23 de febrero de 2009

Zeitgeist

Quien me conoce sabe que no soy muy amigo de eso que comúnmente se denomina teorías de la conspiración. Ya sabéis, ocurre algo, se desconocen las causas y se inicia una investigación según indicios que encajan con el sentido común. Todo parece encajar hasta que alguien propone una hipótesis alternativa, mucho más enrevesada y que lo complica todo. Un buen ejemplo de esto era cuando eras pequeño y se te "olvidaba" hacer los deberes y tú recurrías a la explicación del perro y su insaciable gula por la celulosa (¿alguien recurrió a esa explicación alguna vez?). Independientemente de que fuera mentira o no, resultaba poco creíble. Otro ejemplo más reciente puede ser el de Pe Drojota y su particular versión del 11-M.

En general, puede decirse que las hipótesis explicativas que caen bajo el paraguas "teorías de la conspiración" adolecen todas ellas del mismo racimo de problemas: inflación causal (caso del perro), inflación teleológica o inflación por descuido (caso del 11-M). Seguramente el primer teórico que habló de todas estas cosas fue Guillermo de Occam. Y lo que dijo aún sigue vigente. Su navaja, pese al paso de los siglos, aún no se ha oxidado. Algo sólo posible para un temperamento adelantado su época, que diría aquel. O un hiperbóreo, que diría el otro.

Sea como fuere, últimamente dudo de estas ideas. No es que los conceptos estén mal cuando más bien se trata de una cuestión de aplicación de los mismos. Pues, pensando en estas cosas, creo haberme dado cuenta de que no existen inflaciones ontológicas más que desde perspectivas concretas. Al menos las cosas no están claras siempre desde un punto de vista neutral. La navaja de Occam es un criterio pragmático de decisión, pero desgraciadamente no es el único. El peso de la tradición muchas veces ejerce de losa cohercitiva sobre nuestros párpados, haciéndonos creer que interpretamos un suceso bajo el filo de la famosa navaja cuando, en realidad, sólo estamos siendo presa del adiestramiento.

Vean el siguiente documental: Zeitgeist, de Peter Joseph. Probablemente sea un caso claro de inflación teleológica. Pero piensen en una cosa: ¿Qué relato hubieran creído antes de conocer nada (imagínense una tabula rasa), la visión heredada o Zeitgeist? Da que pensar.



PS: Ahora no vayan a creerse a pies juntillas lo que Peter Joseph tiene que contarles. Que les conozco...

jueves, 19 de febrero de 2009

Ad Astra (9)

Platón dijo una vez (lo digo como si hubiera estado allí, ahí delante, memorizando las doctrinas orales) algo así como que sólo los muertos alcanzan a ver el final de la guerra. Sería gracioso pensar que el bueno de Platón se refiriese con la guerra a alguna suerte de conflicto armado entre entidades teóricas y evanescentes con su arsenal militar teórico y evanescente y sus bajas teóricas y evanescentes. Bueno, esto no tendría ni puta gracia, pero tampoco me lo espetéis en cara; estoy bastante perjudicado.

El motivo principal de esta entrada era poner una canción festiva que encajase con el espíritu fiestero y altanero que los carnavales despiertan en todos nosotros. Había pensado en Sex Type Thing de los, según creía, conocidísimos (iluso de mí) Stone Temple Pilots. Es una canción que me activa, por así decirlo, el modo fiestero. (Sí, funciono por modos.) Pero dos cosas me han hecho cambiar de opinión. La primera es que no he encontrado rastro de una versión decente del tema (en videoclip promocional o en directo, me es indiferente) interpretada por el propio grupo y no por Velvet Revolver. Ni en youtube, ni en metacafé, ni en dailymotion, ni en vimeo, ni en dalealplay. Nada, cero. Esto, por sí sólo, no es impedimento para que me las ingenie para poner el vídeo de otra forma (algo de la forma que pase desapercibida a ojos de la Warner). Y entonces ha sucedido lo que ha motivado mi renuncia absoluta a perder el tiempo subiendo una canción a expensas de que todo el mundo la conozca y diga algo como, "que grande es esta canción y cuánto hacía que no la escuchaba". El suceso es evidente: nadie la conocía. ¿Para qué y con qué sentido voy a hacer eso si me doy cuenta de que a nadie le suena? ¿Para que conozcan una nueva canción? Para eso no pongo esa, pongo ésta otra.



Es la diferencia entre hacer algo a sabiendas insustancial y que otro lo haga por ti, con la diferencia adicional de que, en algún sentido, ese otro en realidad no ha hecho nada insustancial. Ad Astra de Arcturus.

Ad Astra, que viene a significar algo así como hacia los astros o hacia las estrellas, es un latinajo al que se le puede seguir la pista a través de textos de Virgilio y Séneca. El filósofo cordobés en concreto escribió "per aspera ad astra", que viene a significar algo así como a través de todas las dificultades hacia las estrellas, que a su vez podría querer decir que toda empresa es posible si se poseen los cojones necesarios para llevarla a cabo y no quedarse a medias. Lo cual, evidentemente, es falso. Pero a todos parece alentarnos pensar lo contrario, osea, lo que decía Séneca. Y está bien que ello sea así.

Por otro lado, Arcturus fue una especie de proyecto paralelo de varios de los estandartes de esa cosa llamada black metal que en los 90s pareció algo incluso novedoso. Pero lo cierto es que si hay algo que haya podido ser, ya no novedoso u original, sino simplemente interesante en algo relacionado con ese estilo y esas bandas, ello, sin duda, fue Arcturus. Si les gustan las etiquetas, llámenla música bizarra, avant-garde si quieren parecer interesantes, con elementos sinfónicos, góticos, industriales y electrónicos y, obviamente, metaleros. Si, por el contrario, todo eso les da igual, entonces descárguense como puedan la siguiente obra maestra: La Masquerade Infernale (algo en lo que precisamente se me parecen convertir todos los carnavales en cuanto mis transaminasas entran en acción). No les decepcionará. El presente corte es la segunda pieza del disco.

Una última cosa. Las ilustraciones del vídeo pertenecen al artista polaco Zdzisław Beksiński, al cual no conocía. Era en este sentido en el que ese otro del que hablaba antes no había hecho en realidad nada insustancial. Imágenes postapocalípticas, postbélicas y, en general, post-todo.

No sé si Platón en el fondo era un posmoderno (en realidad no lo creo, aunque sí sospecho que el posmodernismo retornará a Platón, con otra etiqueta claro), pero algo me dice que la ilustración de 2:15 le gustaría. A mi me fascina.

miércoles, 11 de febrero de 2009

La gran revelación

Ayer vi por segunda vez Los Cronocrímenes, el invento de Nacho Vigalondo. La peli es cojonuda, o al menos buena, no se puede negar, pero si se la quiere disfrutar, mejor dejar la filosofía a un lado. Si dejas los prejuicios lógico-metafísicos que acarrean los viajes en el tiempo y te centras únicamente en la coherencia de la peli tomada aisladamente de todo lo demás, la cosa gana enteros. A mis compis de piso ayer les pasó lo que a mí cuando la vi en el cine: no se abstrayeron del intento filosófico de dar una coherencia al bucle infinito que los viajes en el tiempo provocan. Y, claro, la peli les dejó una sensación agridulce porque cuando Héctor 1 mira por los prismáticos por primera vez, ve a un Héctor, por llamarlo de alguna manera, 0. Quien haya visto la peli entenderá esto. La cosa es que la peli conforma un bucle causal que se prolonga indefinidamente hacia atrás, y también indefinidamente hacia delante. Es un problema causal, no hay que entenderlo temporalmente, pues la línea temporal es la misma (la explicación del espejo en la peli ahí cojea). En este sentido, lo que me mola de la peli es el determinismo que provoca, que hace que todo encaje durante el visionado de la cinta.

¿Porqué os hablo de todo esto? No lo sé, puede que sea porque estos días he estado a vueltas con Kripke, con su Naming and Necessity, y el visionado de Los Cronocrímenes me ha llevado a poner a prueba su teoría de los designadores rígidos. Aquí Los Cronocrímenes funciona a modo de situación contrafáctica o de experimento mental. Pero bueno, tampoco voy a decir más, pues a muchos filósofos les parecerá que Los Cronocrímenes violan (o no satisfacen) ciertas condiciones metafísicas (de lo metafísicamente posible), y a otros les parecerá que lo que violan son nada más y nada menos que el reino de lo lógicamente posible. También habrá filósofos que pensarán que toda la camada de Héctors es perfectamente compatible con la noción de designador rígido. Por eso, de momento, prefiero callarme.

Sea como fuere, tampoco os iba a aburrir con todo eso. Lo que voy a hacer es presentaros un corto perpetrado por las huestes de La Hora Chanante, contando como escudero real a Nacho Vigalondo (ese era el nexo...). Me imagino que habrá bastantes que ya lo habréis visto. Bueno, la cosa estará al 50%. Así que para los que no, disfrutad, y para los frikis, taluego.



domingo, 1 de febrero de 2009

¡Patéticos y miserables humanos!

Vivir en un sitio en el que se carece de Internet tiene sus inconvenientes. Uno de ellos es la cantidad de tiempo libre que uno acumula y después desperdicia. Pero vivir en un sitio en el que se carece de Internet también tiene sus ventajas. Y uno de ellos es la cantidad de tiempo libre que uno acumula y después desperdicia alegremente.

Una de mis ocupaciones durante este año está consistiendo en rastrear la parrilla televisiva en busca de miseria. Sí, literalmente. Se sorprende uno al zappear durante unos breves segundos, y sin mediación a recursos de ciencia ficción -como la misteriosa TDT (¿qué demonios será eso?)-, de que esa cosa llamada televisión es algo así como un circo romano, un prurito en el culo, un brindis al sol de los grandes ejecutivos. Pero no es que me haya convertido de la noche a la mañana en el mártir al que debe ser encomiada la tarea de ingerir y procesar, tropezones incluidos, la bazofia emitida vía onda de radio (ciencia ficción excluida); no soy el paladín de la humanidad. No, mis objetivos son bien distintos; más bien mundanos.

A todos o casi todos os sonarán todos o casi todos los programas siguientes: Gran Hermano, El Rastro del Crimen, La ruleta de la Suerte, Mujeres y Hombres, El juego de tu vida... y desde el pasado martes, esta cosa:


Imaginaros una atmósfera esotérica: oscuridad, luz roja y música sacada de alguna peli híbrido de Jean Jacques Annaud y Roger Corman. A continuación pensad en un cubo de más de 100 metros cúbicos cuyo armazón parece ocultar un tyranousaurus rex. Las posibilidades parecen infinitas y el cerebro empieza a elucubrar. Pero la hora y media de visionado sucesiva a las cortinillas del inicio revelan que el resultado se acomoda a lo que el sentido común pronosticaba desde un principio: miseria.

Tres concursantes, participantes, sujetos, individuos, objetos animados incautos... refutaciones andantes de aquello que alguna vez se osó denominar libertad: un hombre y dos mujeres. Una voz en off, femenina, cálida, sugerente, aparentemente comprensiva. Y en el aire, problemas. Muchos problemas.

La carne está en su punto; el festín puede comenzar.

No hace falta que os cuente lo demás.



































De acuerdo.

Un tío que perdió a cuatro familiares en el accidente de la T2 en agosto, una tía que tiene fobia a las cucarachas y otra tía con tendencias suicidas. La dinámica es la siguiente: concursante llora, voz en off espolea a ser más fuerte, concursante vuelve a llorar. Esto hace que el programa se reduzca a una sesión lacrimológica. La sesión termina con un intento de solución de la voz en off y la pseudo-complacencia del concursante. Por lo demás no hay premio. En resumidas cuentas, La Caja pretende ser una especie de experimento a manera de terapia psicológica.

No, no pretende eso, pretende morbo. Tan sólo eso. Y es que si algo me dice, si es que me dice algo, mi breve pero intenso trabajo de investigación es que Telecinco es sinónimo de morbo. Gran Hermano, El Tomate, Crónicas Marcianas y Hombres y mujeres eran meros intentos balbuceantes, sí, pero dejaban mostrar cual era el devenir de la cadena. Y es que Telecinco empezó a jugar en la primera división mundial en esto del escozor diarreico con El juego de tu vida. Ahh Emma García, que bien se te da y que bien lo haces.

En el juego de tu vida todo tenía una razón de ser. Había un concursante, y éste buscaba dinero a costa de todo, de ahí el título. Porque no era (o es) que tú fueras ahí y contaras en que ciudad habías nacido o en que instituto te habías graduado. No, en ese programa la palabra vida se usaba en toda su amplitud; se agotaba su significado; se alcanzaba la experiencia mística. Mística o morbosa, que viene a ser lo mismo. Pero todo tenía una razón de ser, decía. El escenario estaba diseñado para que Emma García (a partir de ahora Hal 9000) construyera una espiral descendente al infierno en la que concursante, allegados de éste y público formasen una perfecta y sincronizada armonía de caos y destrucción. El participante iba contestando una serie de malévolas preguntas que antes, fuera de plató, habían sido escrutadas por la fría y presuntamente (in)exacta mirada del polígrafo. El concursante no conocía los resultados de la máquina, pero al ser premiada la supuesta sinceridad, aquel tenía que ceñirse a ésta bajo el criterio del polígrafo. Así, pregunta a pregunta, el jugador intercambiaba dinero por orgullo, honor, autoestima, lazos familiares, amistades y vaya usted a saber qué más cosas que tradicionalmente el género humano ha considerado valiosas. Todo ante la mirada atónita de sus acompañantes, la ansiosa del respetable y la impertérrita de Hal 9000.

Toda esta magia no se encuentra en La Caja. Es como si a ésta se le hubiera despojado de toda la retórica y el artificio de El juego de tu vida. Eso sí, la esencia es la misma. Porque pese a que se haya puesto en su lugar un aire y atmósfera de labor social, de bienintencionada autoayuda o exoayuda, de seriedad, en una palabra, el ingrediente alquímico fundamental sigue siendo el mismo, el bochornoso y característico sello de fábrica de la cadena de Berlusconi: el morbo.

Estas investigaciones, sumadas a la presunción lógica de que todas estas cosas no las veo sólo yo, me llevan a concluir el siguiente dicto: patéticos y miserables humanos.

PS: Intentaré proseguir mis investigaciones.